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sábado, 15 de octubre de 2011

OLEATOS Y TINTURAS



Aprovecho el inventario que estuve haciendo en Septiembre, a fin de  preparar nuevos oleatos y tinturas e ir reponiendo los que he agotado y os hablo un poco sobre ellos para los que tenéis menos experiencia y estáis iniciándoos en este mundo maravilloso de jabones y potingues.

Los oleatos son una de las varias posibilidades que hay de obtener las propiedades de las plantas para nuestras posteriores creaciones.
Yo uso plantas secas y las introduzco en aceite  (eligiremos, para ellos, los que más nos interesen) y espero un mínimo de 40 días antes de usarlos. Etiqueto con la fecha de envasado la planta en cuestión y el aceite utilizado, los guardo resguardados de la luz y los remuevo, de vez en cuando.
Hay quienes siguen otro sistema que consiste en dejar los envases al sol, durante un tiempo, pero yo nunca lo he utilizado esa variante, entre otras cosas porque entiendo que se degrada la vitamina E de los aceites expuestos a la luz solar, con lo cual son más fácilmente enranciables.

En ese tiempo, el aceite adquirirá las propiedades de la planta y su aroma, pero no todas, dependerá de la solubilidad de las mismas en el medio escogido. El resto de propiedades se obtienen, por ejemplo, por destilación, sometidas a vapor de arrastre o por introducción en solventes, como puede ser el alcohol. Ahí ya estaríamos hablando de la obtención de otros activos de las plantas y flores  para producir aceites esenciales, hidrolatos o aguas, tinturas y alcoholatos.
Pero hay más: Las plantas se pueden introducir en una mezcla de agua y glicerina o agua, glicerina y alcohol o propelinguicol etc. y al día siguiente se cuelan y se obtendían los extractos, pero ojo con esto: Buscamos los efectos positivos de las mismas y no puede olvidarse que pueden, tambien, tener efectos nocivos y tóxicos en altas concentraciones algunas de ellas y si son frescas restos de pesticidas, bacterias, hongos, alérgenos y agua. Yo las hago con extractos secos de plantas que compro en laboratorios farmaceúticos y algunos otros los compro fabricados, con todas las garantías acreditadas y  fichas técnicas de sus análisis químicos.


Los oleatos que yo suelo tener hechos son de caléndula, de manzanilla romana, romero, ortiga, llantén, gordolobo, cola de caballo, castaño de indias, clavo, genjibre, laurel, azahar, espino blanco, verbena, vainas de vainilla, anis estrellado, flores de amapola, bayas de laurel, oregano etc.

Otros oleatos que os propongo son aquellos que se calientan, al baño maría, antes de la fase de reposo. Suelo utilizar esta posibilidad para hacer oleatos de cáscaras de naranja o de limón y de éstas con palos de  canela y clavo o nuez moscada para aromatizar un aceite que luego usaré en la fabricación de jabones.
Con calor también podemos introducir la planta en alcohol 48 horas, moviéndolo varias veces y luego calentarlo, junto con aceite al baño maría hasta que todo el alcohol se haya evaporado. De esta forma, obtendremos mayor proporción de propiedades de las plantas: las solubles en aceite y las solubles en alcohol. Lo he usado con manzanilla romana, pero la realidad es que, normalmente sigo el sistema de introducirlas exclusivamente en aceites.

Las tinturas podemos hacerlas con resinas y plantas. Introduciremos las mismas en una determinada cantidad de  alcohol, de graduación distinta, según se requiera y estarán en él el tiempo necesario (desde semanas a tres y cuatro meses). Posteriormente colaremos por un filtro para obtenerlos, y lo envasaremos en tarros oscuros.


Con este sistema se hace el famoso alcohol de romero para friegas o tinturas que luego usaremos como fijadores de aromas en nuestros jabones, aunque tienen más propiedades que esas, obviamente. En la foto, en alcohol, sándalo y estoraque. También las hago de mirra, incienso, bejui y benjuí almendrado, lavanda y espliego.