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martes, 21 de septiembre de 2010

JABÓN DE KEFIR DE LECHE DE CABRA Y AVENA


Pues se han alterado mis planes sobre los próximos jabones que tenía en mente y os vais a llevar una temporadita viendo jabones de leche de cabra.

 La razón, ya la saben mis compis de Mendrulandia y el resto las sabréis cuando publique, en el blog, unas comprobaciones que he realizado con distintas leches de cabra (entera y semi desnatada envasadas en tetrabrick, frescas envasadas en cristal y en polvo). Lo haré, cuando los jabones de las pruebas estén curados y tenga esa información final.
Como varios litros de leche de cabra dan para unas cuantas barras de jabones, éste  jabón de Kéfir y Avena, va a ser  el primero de la tanda, ya que el anterior, también de leche de cabra se hizo antes de esta idea.
El Kéfir, es la leche fermentada más antigua que existe. Su origen está en las montañas del Caúcaso y se consume desde hace miles de años. El Kéfir utilizado en este jabón es de leche de cabra de la raza murciana-granadina, especie mediterránea que no ha sido sometida a procesos de selección genética intensiva y, por tanto, ha conseguido preservar la calidad de su leche. Esta leche sólo lleva eso: leche de cabra entera y los fermentos del kéfir y es una fuente importante de calcio, fósforo, potasio y vitaminas.
Las propiedades del Kéfir son muy beneficiosas para pieles con acné, alergias, eccemas y dermatitis. Se trata de  un poderoso antiséptico que ayuda a curar las heridas.

La leche de cabra está compuesta por numerosas lipoproteínas que facilitan que la piel reciba los nutrientes y el agua a través de la membrana de las células epiteliales, llevando los nutrientes a su interior. Los alfa hidroxiácidos, los minerales y las vitaminas que contiene también contribuyen a la nutrición celular. Aportan suavidad y aceleran la regeneración celular.
Como todas las leches, la de cabra también proporciona suavidad y flexibilidad a la piel y es usado como cosmético desde tiempos remotos. Retiene la humedad en la piel y produce un efecto tensor y da mucha cremosidada a los jabones. La de cabra más, por su alto y distinto contenido en grasas.

En general, todas las leches han sido reconocidas como rejuvenecedoras e hidratantes de la piel humana. La leche de cabra además tiene ácido caprílico que ayuda a reducir la alcalinidad del jabón, y su pH bajo ayuda a mantener el ligero manto ácido que ayuda a proteger la piel de la invasión bacterial. El jabón preparado con leche de cabra es ultrasuave e ideal para las pieles delicadas. La glicerina natural vegetal generada durante el proceso de preparación del jabón es levógira, lo que origina hidratantes especiales en estos jabones.

La Avena es un cereal que molido incorporamos a los jabones, como aditivo en la traza, y que además de un ligero exfoliado, ayuda a aliviar los picores en psoriasis, dermatitis, uticaria y sarna. Igualmente, alivia los dolores lumbares y reumáticos, y va fenomenal contra el acné,  granitos, espinillas y quemaduras. Para las pieles secas, irritadas, sensibles, delicadas y atópica, se recomienda encarecidamente la utilización de la avena via externa.
Su uso continuado mejora es aspecto de la piel, a la que le aporta hidratación y emoliencia.Posee un conjunto de antioxidantes naturales que paralizan el envejecimiento prematuro de las pieles.

Los aceites que lleva este jabón son de oliva, coco, karité y ricino. Se pusieron todos desde el principio, con lo cual, el sobreengrasado calculado de un 8% lo será de todos ellos, pudiendo disfrutar de las múltiples propiedades que estos aceites y manteca tienen.LLeva ácido esteárico también

Huele maravillosamente, a mí me da unas notas como de regaliz, llevando su composición aceites esenciales de bergamota, salvia y ylang ylang.
Los índices de la calidad del jabón son los siguientes: Yodo 64, dureza y limpieza 51, burbujas 49, persistencia 50 y acondicionado 52.

Y a disfrutar de sus propiedades!!