Todos los jaboneros tenemos muchos restos de la fabricación de nuestras barras de jabones: Si se forran los moldes de madera hay que cortar laterales, fondo y superficie si el corte es en horizontal, si queremos obtener unas inclusiones bonitas, para incluirlas en otro jabón, sobra todo el alrededor de nuestra inclusión, las tapas de la barra etc. etc. Y yo, que hago talleres y muchos jabones de diseño, pues tengo muchísimos restos, más que la mayoría y más de lo que desearía.
No hago refundidos, no me gustan, no le veo la estética y no suelen quedar ni medianamente bien, salvo honrosas excepciones que alguna maestra del refundido conozco pues le salían mal todas sus barras primogénias, aunque su función de jabón la siguen cumpliendo, perfectamente, puesto que es tan buen jabón como los demás.
Ya propuse , en su día, en este blog, refundidos alternativos a los clásicos y, hoy, inauguro una serie de entradas dedicadas a sacarle provecho a los restos y procurar hacer de ellos jabones fantásticos con diseños estupendos y maravillosos. El reciclar jabonero puede ser un arte y en eso estoy, en enseñaros en qué podemos, si queremos, hacer arte de los restos.
El jabón de portada es un jabón de restos, una pieza que se obtiene, como otras que os mostraré, de una prueba de colores oscuros o paleta de color, de alguno de los tonos que voy a utilizar para un encargo de jabones de boda. Los colores claros los sabemos ya, pero el resto de la combinación había que probarla y en medio kilo de jabón se ha hecho esta prueba para que la novia pudiera elegir o modificar bajo mi asesoramiento.
Porque sabemos que los colores cambian según las fórmulas y según los a.e y cuando secan, también, pues hacemos estas cosas en las ocasiones en que queremos los resultados de color que deseamos y no deseamos sorpresas. Mirad qué bonito color coral, pues es un naranja y ha terminado tirando a marronaceo, así que descartado en la proporción utilizada. El verde nos parece, al secado, demasiado oscuro y lo queremos más limón y así mucho.
Luego, al secar la barra, la he cortado en pastillas de distinto tamaño y peso para elegir algo que no nos pareciera ridículo en un regalo de los novios a sus invitados.
Esta es barra resultante cortada por la mitad en lo que serían los cantos.
Y la misma, en lo que sería el frente, puesto que será cortada horizontalmente.
La parte inferior de la barra.
No se trataba de hacer dibujos, sino de hacer una prueba de color. En el fondo, el color tal y como había caído y en la superficie lo he firuleé, un pelín, para ver cómo quedaría la combinación. Como comprobareis en esta imagen, el lila casi ni se ve y esto pasa para un encargo y no nos lo podemos permitir. Pues bien, la barra ha cumplido su misión de ser una prueba de color y pasa a ser una prueba de tamaño, donde cada pastilla se corta de distinto grosor.
Y, finalmente, tras cortar toda la barra distinta nos inclinamos por la pastilla de la derecha, de unos 80 gr., cortada a 2cm. de grosor y de un buen tamaño.
Y después...¿Me iba a quedar con unas pocas de pastillas cada una de un tamaño? Pues no, jabones para lavar a media Sevilla tengo y lo que pretendo no es acumular más, sino hacer cosas que realmente me gusten estéticamente, me diviertan y dar rienda a mi creatividad.
A éste jabón le falta, además, blanco. Usé muy poco, ya sabemos cómo es el blanco, así que opte por casi suprimirlo, que en medio kilo hacerse cuatro colores cuesta y me quedé corta con otros, así que reduje el blanco y aumenté los otros tres.
Inmediatamente corte lo que serían unas inclusiones para otros jabones, teniendo ya en la cabeza que quería obtener.
Y claro, pensaréis que así no son los restos, normalmente, que tenemos y es cierto, pero también veréis qué hacemos con otros restos, por ejemplo, tras hacer bolas y no va a ser meterlas en jabón nuevo con corte vertical.
Cuántas bolas nos hemos hecho todos!!
Éstas provenían del jabón "Feria y Romería".
Para obtener lo que hicieron mis alumnas en el último taller había que desaprovechar mucho, pero a cambio se realizó un jabón con una técnica mía que jamás habréis visto en ningún jabonero y era obtener lunares en el perímetro de la circunferencia de estos jabones.
La técnica de los lunares, queda bautizada. Me gustan mucho los lunares, son muy de mi tierra, Andalucía.
Pero no sólo de hacer bolas vive el jabonero, sino de obtener piezas preciosas de algunos trozos y fueron estas. Y os sorprenderán cómo acabarán.
Hay que tener cierta vista y no hacer bolas de todo resto ni rayarlo. Hay trozos de jabón que pueden ser unas maravillosas piezas y si no mirad lo que hicieron mis alumnos, con trozos deformes de recortes que yo tenía de otros talleres, en el de Diseño del pasado Octubre.
Obras de Marileo y Purificación tras cortar y pulir, según ellas quisieron, las piezas superiores. Son unos bellezones de jabones!
Pues esa es la idea que vamos a poner en marcha, así que en las próximas entradas lo que veréis son jabones de restos nada convencionales y espero que os gusten.
Empezaremos por la "Pomelo Collection" uno de ellos, el primero que os muestro en esta entrada. Me alegrará saber que os inspiran algo todos ellos.
Hasta entonces!